El film se centra en un microuniverso profundamente masculino: el mundo del boxeo, cuyos protagonistas excluyentes son los boxeadores. ¿Pero cómo se construye un boxeador? ¿Qué motiva a un hombre a subir al cuadrilátero para golpear y ser golpeado por otro?. El boxeo posee un espacio esencial motor del mundo pugilístico, el gimnasio, una institución compleja sobrecargada de funciones y representaciones, que no se ofrecen inmediatamente al observador, ni siquiera al buen conocedor del lugar. En el gimnasio los boxeadores pasan todos los días mejorando su técnica, puliendo sus habilidades, transformando su cuerpo en su propio campo de batalla, descubriéndose o, más bien, creándose a si mismos.
