Antonio
Félix es un arquitecto que siente cómo su equilibrio mental y emocional se resquebraja cuando su novia Vera lo abandona. Una noche, llama a su puerta un desconocido que quiere hacer una llamada telefónica, pero, en un momento de descuido, el individuo desaparece dentro de su casa sin dejar rastro alguno. A partir de ese instante, debido a ciertos fenómenos cada vez más angustiosos, Félix tiene la convicción de que el intruso vive en su casa y constituye una amenaza para su vida, lo que da lugar a una enloquecedora relación entre el protagonista y el espacio que lo rodea. Y de este modo, Félix llega a la conclusión de que el espacio tiene una entidad, un alma propia, y puede atrapar mortalmente a quienes lo desafían.