Mirta
Chala tiene once años, vive solo con su madre drogadicta y entrena perros de pelea para buscar un sustento económico. Carmela es su maestra de sexto grado, por la que el muchacho siente cariño y respeto, pero cuando ella enferma y se ve obligada a abandonar el aula durante varios meses, una nueva profesora, incapaz de manejar el carácter de Chala, lo traslada a una escuela de conducta. Al regresar, Carmela se opone a esta medida y a otras transformaciones ocurridas en su clase.