Alejandro Soler

Mientras sobre un pontón de la Fuerza Naval Boliviana es izada por manos militares la bandera de Bolivia, un nadador civil es preparado de manera ritual para internarse desnudo en las aguas del Titicaca para atravesarlas rumbo a la Isla del Sol. Este cortometraje es el registro de un acto poético que pone en relación una herida profunda de Bolivia por su negada salida al mar con un conflicto bélico todavía vivo en la memoria de los argentinos.

Alex y Dani, dos niños kelper que viven en Stanley, en las Islas Malvinas, escapan de clase para jugar en el campo, como suelen hacer cada día. Una tarde, cuando encuentran un líquido negro y viscoso que creen ser petróleo, sus divergencias históricas salen a la luz.

Un excombatiente se reencuentra con sus camaradas que ignoran estar muertos.

La Guerra de Malvinas comienza el 2 de abril de 1982 con el desembarco argentino en las islas ordenado por Leopoldo Fortunato Galtieri y culmina con el cese de hostilidades entre la Argentina y el Reino Unido de la Gran Bretaña, el 14 de junio de 1982. A partir de un montaje dinámico y con la intervención de materiales de archivos el documental piensa la guerra como parte de nuestro pasado reciente pero también abre a múltiples interrogantes y reflexiones sobre la sociedad contemporánea y la proyección a futuro de lo que nos genera tal conflicto a los argentinos.

Ángela Ferrer ha perdido a su nieto durante la guerra de Malvinas.Ha transcurrido un año desde la culminación de la guerra, y Ángela no se resigna a la aceptación de la muerte de su nieto, y menos aun, a no poder visitar su tumba y rendirle el homenaje que considera más que merecido. Hoy, Ángela recorre el cementerio buscando una tumba abandonada que le sirva de espacio para visitar al nieto. Finalmente se decide por una, con signos de abandono. La acondiciona y deja sobre ella una pequeña pintura que ella ha realizado, donde observamos un bote a vela navegando sobre el mar. Estas visitas se realizan semanalmente, al mismo tiempo que Ángela sigue su rutina diaria, hasta que un día será interrumpida sorpresivamente.

Pampa en la Patagonia. 1982. Junio. Un encuentro casual entre un mudo argentino que no es mudo, una chilena mentirosa que dice la verdad y unos soldados Ingleses que dan miedo, pero que en realidad están muertos de miedo dan espacio a una comedia dramática que resume 3 oportunidades las mismas oportunidades que en junio de 1982 no fueron tomadas por Argentina, Chile e Inglaterra.

Relato sobre la metáfora incursionando en la metáfora por sobre el relato naturalista o contemporáneo, esquivando lo discursivo. No es muy difícil encontrar el paralelo entre lo que ocurre y lo que ocurrió: una familia (nosotros como sociedad) quien tiene como protector a un borracho violento (el gobierno en aquel entonces), su mujer y su hijo victimas desnudas ante la violencia e impotencia de su progenitor. La familia burguesa bien pensante (el imperio cultural de las buenas costumbres) quien, ante tal situación, pareciera poner orden cuando lo que hace es apropiarse de lo que necesita bajo la apariencia de civilización imperialista. Leerla meramente como una historia de vampiros reafirma esta metáfora: desde nuestra ignorancia despreciamos lo que nos conquista para que, luego, nos conquiste sin miramientos y con la moral y las buenas costumbres de su lado.

El general San Martín se ha detenido en la Cordillera y el cruce de Los Andes no avanza. Rivadavia está que trina. Un simple chasqui (mensajero de postas), aconsejado por un brujo aborigen, intentará resolver la situación.