Benito Eufemia se entrena cada día, mañana y tarde, en el minúsculo gimnasio Ter, en el barrio del Clot de Barcelona. Tiene 38 años y un combate a la vista. El día a día de Benito es frenético. Trabajo nocturno como "coordinador" en discotecas, cuidador de su madre, profesor de clases de artes marciales en otro gimnasio, promotor y empresario de su propia velada. Acaba de ser padre, se presenta al juzgado cada 15 días y demuestra que no está echando a perder su libertad condicional. Mientras la fecha clave se acerca, vivimos con Benito su presente y revivimos su increíble pasado.