Anna
Sicilia, años cincuenta. El pícaro Joe Morelli, con su obsoleta cámara Ascania a cuestas, asegura que es capaz de hacer realidad los sueños de cualquiera que aspire a ser una estrella de cine. Con el pretexto de descubrir nuevas caras para una película, llega a un pueblecito y exige a los ingenuos lugareños 1.500 liras por hacer realidad sus sueños.