Bud
Lincoln es la víctima preferida de los matones de la escuela, hasta que un día se harta de recibir golpes y se defiende de su agresor con tanto ímpetu que acaba en un reformatorio para jóvenes problemáticos, donde su tormento crece aún más. Allí acabará invocando accidentalmente el vengativo espíritu de una chica que se suicidó por culpa del bullying.