El cráter es una tierra de desamparados, espacios indistintos, ruidos constantes. Rosario es un vendedor ambulante, un gitano de ferias de la aldea, que regala juguetes blandos a quien dibuja un número ganador. La guerra que ha declarado en contra de su propio destino tiene el cuerpo inmaduro e indolente de su hija de trece años: Sharon es bonita y puede cantar, y en este semillero de brechas y vida desesperada, ella es su arma para sobrevivir. Pero el éxito se convierte en una obsesión, y el talento se convierte en un castigo.