Victoria Mora

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Chapapote... o no
Nadie que vivía del mar se imaginaba aquel día de noviembre que todo iba a cambiar tanto. A escasa distancia de las costas gallegas se hundía un viejo y deteriorado petrolero llamado Prestige, después de varios días de problemas técnicos. Con su naufragio el barco soltó cantidades industriales de fuel, cosa que diezmó de un plumazo la vida marina. Mientras tanto las rocas se tiñeron de un tétrico color negro, encargándose así de recordar de que la naturaleza tardaría demasiados años en volver a su armonía natural.