Producer
Ana es una joven actriz que, desgraciadamente, no puede dedicarse profesionalmente a la interpretación. De hecho, debe compaginar pequeñas producciones teatrales en las que encuentra acomodo con su trabajo a media jornada como dependienta en una tienda, cada mañana de lunes a sábado. Ahora Ana está inmersa en la preparación de un nuevo papel: ha sido seleccionada para interpretar a Lady Ana en una modesta representación del Ricardo III de Shakespeare que se llevará a cabo en un pequeño teatro off madrileño. Pese a lo humilde que es la producción, la oportunidad es ilusionante para Ana, pero esa ilusión chocará enseguida con la férrea visión del director de la obra, que concibe el personaje de Lady Ana únicamente como un juguete al que Ricardo debe asfixiar (metafóricamente), humillar e incluso vejar sobre el escenario.