Yolanda Balas

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Sirenas
El abuelo Antonio se libró de morir ahogado en el naufragio de su barco cuando navegaba. Le salvó su sordera, ya que no oyó el canto de las sirenas que le llamaban desde el fondo del mar. Pero las sirenas siguen existiendo en aguas saladas; lo que de ellas se desprende llega a la ciudad y antes o después todos acabamos escuchándolas.