Durante un hermoso día de otoño, en un idílico rincón campestre de Vermont, se oyen tres disparos, y aparece un cadáver, el de Harry. Un viejo capitán (Edmund Gwenn) que cree que se trata de un accidente de caza del que se siente responsable, entierra, desentierra y transporta varias veces el cadáver sobre cuya identidad se interrogan con perplejidad una solterona, un médico miope y un pintor abstracto (John Forsythe).
Norman Maine, un famoso actor adicto al alcohol, descubre a Esther, una joven con un gran talento para la canción y decide impulsar su carrera cinematográfica. Ella consigue la fama y, a los pocos meses, la pareja contrae matrimonio. Pero, a medida que el éxito de Esther aumenta, decae el de Norman, y esta situación lo empuja a la autodestrucción.