Cristina Iliescu

In 1981, chalk slogans written in uppercase letters started appearing in public spaces in the Romanian city of Botoşani. They demanded freedom, alluded to the democratic developments taking place in Romania’s socialist sister countries or simply called for improvements in the food supply. Mugur Călinescu was behind them, who was still at school at the time and whose case is documented in the files of the Romanian secret police. Theatre director Gianina Cărbunariu created a documentary play based on this material.

"I do not care if we go down in history as barbarians." These words, spoken in the Council of Ministers of the summer of 1941, started the ethnic cleansing on the Eastern Front. The film attempts to comment on this statement.

Roman, un joven de ciudad, va a un pueblo aislado de la región de Dobrogea, cerca de la frontera con Ucrania, para vender el terreno que le ha dejado en herencia su abuelo recientemente fallecido. Roman descubrirá que su abuelo era un poderoso gángster y que la tierra que pretende vender está siendo usada por criminales para sus trapicheos. Roman pronto se dará cuenta de que sus intenciones de vender el terreno le han convertido en el blanco de estos individuos.

Delia, una joven de 18 años que ha ganado un coche de lujo en un concurso, debe ir a Bucarest con sus padres para hacer una grabación que demuestre que es, realmente, la ganadora. Las conversaciones que Delia mantiene con sus padres, durante la grabación, se convierten en agrias discusiones: mientras que ella quiere quedarse con el coche, sus padres, en cambio, quieren venderlo. De este modo, lo que parecía un hecho afortunado degenera en un conflicto que obliga a la protagonista a cuestionarse sus relaciones familiares.