Kensuke Chisaka

Los más de treinta tomos del manga de Hiroya Oku no podían comprimirse en una única película. Y mucho menos si se tiene en cuenta que estos dos volúmenes se han convertido en uno de los platos fuertes de la ciencia ficción nipona. Quizá por eso, el director Shinsuke Sato ha decidido dividir la historia en dos películas y dejar a los espectadores o fanáticos del cómic en ascuas hasta que no vean la adrenalítica segunda parte. En Gantz: Perfect Answer, recuperamos a Kei, bajo los designios de la bola Gantz, en plena lucha contra alienígenas y demonios.

Kei y Masaro son arrollados por un tren. Lo próximo que ven es que están en una habitación, que no están solos y que una bola gigante que preside el espacio les invita a participar en un juego macabro. Nunca hemos visto un purgatorio así: con trajes y armas especiales, los personajes deberán enfrentarse a todo tipo de amenazas. El ganador se llevará un premio nada desdeñable: volver a la vida.

Natsuki Kashiwagi es una joven que, tras la pérdida de sus padres en un accidente, vive con su hermano autista Daiki. Un día vuelve a aparecer en su vida Sōta Funahiki, un amigo de la infancia que se había marchado a Canadá. Antes de su partida, Sōta le había dejado a Natsuki un anillo de compromiso, prometiéndole regresar para darle otro, pero habían perdido el contacto. Natsuki y Sōta comienzan a salir de nuevo, haciendo que Natsuki recupere su sonrisa.