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Montelusa, Sicilia, Italia, 1877. Giovanni Bovara, nombrado nuevo inspector jefe de molinos, está encargado de recaudar un severo impuesto. Siciliano de nacimiento, pero ligur por adopción, razona y habla como un hombre del norte de Italia y no entiende la dinámica de la ley del silencio que gobierna la tierra siciliana, de modo que su intransigencia le gana inmeditamente varios enemigos…
