Sound
When the first wave of punk broke Australian shores in the 1970’s it was met with a fierce embrace that still reverberates. Adopted and adapted with fearsome intensity by disenfranchised, pre-globalisation Australian kids against the isolation and cultural vacuity of mainstream Australia, punk was a DIY counterculture - a profound, lived, visceral critique of late 20th century capitalism. Australian punk chose values and agendas that for many have become lifelong.
Sound
No Mercy, No Remorse takes viewers back to the winter of 1993, with a journey into the deeply disturbing world of Paul Charles Denyer, the then 21-year old who is currently serving three life sentences for the Frankston murders.
Sound Mixer
A man living in solitary seeks emotional refuge in the organising and documenting of family moments using low-grade impersonators. When his fake sister becomes inspired to follow his method, their relationship struggles between the forged and genuine.
Sound Designer
Anne Hamilton-Byrne era una mujer guapa y carismática, pero también psicótica e increíblemente peligrosa. Convencida de que era la reencarnación de Jesucristo, Hamilton-Byrne lideró una secta apocalíptica que se instaló en Melbourne entre los años 1960 y 1990. Junto a su marido Bill, adoptó numerosos niños, muchos de ellos a través de engaños a sus padres o a través de familiares de otros miembros de la secta, y decidió criarlos como hijos suyos. Aislados del mundo, uniformados y con el pelo teñido de rubio, los niños fueron tratados con LSD para influir en su comportamiento. Tras conocerse el escándalo, fueron rescatados en una redada en 1987, pero su pesadilla sólo acababa de empezar, no sólo por los traumas que les dejó la secta, sino por el trato que recibieron de una sociedad conservadora que los veía como cómplices del culto.