Nigel
A la muerte de su padre, Salina asume el reinado sobre la antigua Gran Bretaña para llevar a cabo los deseos de existencia pacífica bajo el dominio de los romanos. Ella se siente fuertemente atraída por Justiniano, el Gobernador General romano que trata de dominar a los nativos con tolerancia a pesar de los deseos de tomar medidas radicales por parte de su segundo al mando, Octavio. Cuando Justiniano es quitado de en medio con el pretexto de una rebelión en tierras lejanas, Octavio empieza una campaña de terror basada en la crueldad, a la cual Salina planta cara. Convertida en una diosa de la guerra a las riendas de su carro de combate, Salina lidera a su pueblo en un ataque demoledor contra Octavio. Una tremenda batalla y una difícil elección para Salina: su amor hacia Justiniano o la justicia para su pueblo.