Justo el guion es otra de las cosas que merecen la pena, en tanto que esta bien estructurado, con ideas claras y situaciones que vivimos cada día, mas con ese toque millennial que lo caracteriza. Un espectáculo no ha de ser eterno para ser bueno y en el caso del singular Maleducado aplica con perfección, puesto que te entretiene y divierte a lo largo de los poco más de cincuenta minutos de duración, que lucen perfectos y te dejan satisfecho.
Francisco es un inmaduro y egoísta actor desempleado, atrapado por la fama de un personaje de televisión que interpretó años atrás. Al enterarse que Laura, su exesposa, piensa casarse de nuevo e irse a vivir al extranjero con Alicia, la hija de ambos, Francisco manipula a su Mamá, su Hija, su Agente y su Fan Número Uno, para poner en marcha un ridículo plan con el fin de detener la boda y recuperar a su familia, enfrentándose en el camino a fantasmas de su pasado y aprendiendo que para madurar no hace falta ser un superhéroe.
Daniel Sosa se mete en la piel de varios personajes, incluidos un dealer de Tupperware, un cura que siempre tiene sed y un guerrero del caballo de Troya.