Antoñita Toledano

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Juicio de faldas
Engracia, una chica de pueblo no muy agraciada y algo tonta acusa al camionero Manolo de haberla dejado embarazada. De la defensa de Manolo se encarga Marta, una guapa abogada, de la que al principio desconfía porque es mujer, pero que pronto le demuestra sus grandes dotes profesionales. Marta comienza a hacer indagaciones y pronto se convence de que su patrocinado es inocente. El problema es que todas las pruebas circunstanciales apuntan a Manolo, de modo que no tienen más remedio que encontrar al verdadero culpable, pues en caso contrario Manolo sólo tiene dos opciones: la cárcel o la boda con Engracia.
La boda era a las doce
Elisa, dependiente de una casa de modas, envía un modelo a una dirección equivocada. Por miedo a ser despedida decide recuperarlo por su cuenta. Tropieza con Alberto, un muchacho que se casa a las doce de la mañana y que va al mismo lugar.