Willi Willinger

Películas

Happy End
Colorist
La película gira en torno a una familia burguesa y el drama de los refugiados. La familia posee un empresa en Calais, al lado de los campamentos donde viven miles de refugiados.
Egon Schiele
Colorist
Viena, Austria, 1910. El joven pintor Egon Schiele es un artista en alza, provocador y libre, cuya obra, caracterizada por el erotismo, escandaliza tanto como fascina a los amantes del arte.
En el sótano
Colorist
Seidl vuelve a la carga sacando a la luz los bajos fondos austriacos: en este caso, las múltiples y chocantes actividades para las que se usan los sótanos en Austria. Desde un hombre que usa el suyo para cantar ópera y como campo de tiro (según el día), a otro que guarda sus trofeos de caza, una mujer aficionada a los muñecos de bebés aterradoramente reales, nazis que quedan para tocar la tuba y una sadomasoquista que trabaja en Cáritas, entre otros más. Todos tienen sus obsesiones (como las tenía en llamado “monstruo de Amstetten”) y las guardan en sus sótanos.
Los falsificadores
Colorist
Berlín, 1936. Sorowitsch (Karl Markovics), el rey de los falsificadores de moneda, es un judío sin escrúpulos que cree que "la manera más rápida de ganar dinero es fabricar dinero". Nada le importa lo que está sucediendo a su alrededor, ni siquiera la situación de los judíos. Sin embargo, cuando estalla la guerra, es arrestado y llevado a un campo de concentración nazi, donde se ve obligado a trabajar con otros falsificadores. Su misión: fabricar libras esterlinas y dólares americanos. A cambio, sus condiciones de vida son mejores que las de los demás prisioneros. Sin embargo, esta situación les plantea a algunos un dilema moral: cooperar con sus verdugos equivale prolongar la guerra y facilitar la victoria de la Alemania nazi.
Hinterholz 8
Color Designer
Herbert Krcal (Roland Düringer) and his wife Margit (Nina Proll) dream of owning a home. They prefer to do this in the "Blue Lagoon", a prefabricated house park in the south of Vienna, where they regularly go on pilgrimage with their son Philipp. Just as regularly, they have to recognize the bitter truth that they cannot actually afford the dream house they have visited.