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Simon Dubé muere en un accidente de coche que tiene lugar en un pequeño y remoto pueblo de Quebec, de apenas 215 personas. Sorprendidos, los habitantes del pueblo procuran no hablar sobre las circunstancias de la tragedia. El suceso desgarra a la familia Dubé, y afecta psicológicamente a la alcaldesa Smallwood y a muchos aldeanos que no saben qué hacer para dejar atrás lo sucedido. Mientras la gente trata de digerir la desgracia, una serie de personas desconocidas comienzan a llegar al pueblo, a los que acompaña una espesa niebla.