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Un día de verano de 1966, Juan Eduardo Cirlot verá en una película a la doncella Bronwyn saliendo de las aguas de un pantano. Aquella imagen cambiará para siempre la vida y obra de este poeta, compositor, crítico de arte, semiólogo y coleccionista. A través del testimonio de quienes le conocieron directamente (artistas de la talla de Joan Guinjoan, Antoni Tàpies, Modest Cuixart o Josep Maria Subirachs) el documental retrata a uno de los creadores catalanes más influyentes e injustamente olvidado del siglo XX. Un caso singular de la relación entre poesía y cine.