Ana Yovino

Películas

Güelcom
Julieta
Leo, un joven psicólogo, se entera que su ex pareja Ana está de visita en Buenos Aires después de haberlo dejado hace cuatro años para probar suerte como chef en España. Apoyándose en las amistades, la terapia y en los recuerdos, intenta superar sus rencores y saber porque tantos argentinos como ella han querido irse. Con la excusa del casamiento de unos amigos en común (que también viven afuera) inicia un plan para poder reconquistarla. Pero la presencia de un nuevo novio y varios resentimientos del pasado van a hacer que la tarea no sea tan sencilla.
Campo Cerezo
Guiada por la revelación de una vidente, la Condesa Rusa Ivana Malova llega a la Argentina con la intención de criar bellos Chivos de Angora, animales que no son propios del lugar, en un pedacito de tierra llamado “CAMPO CEREZO”. Allí viven Doña Juana Cerezo y su nieta Nucha, que acaba de salir de la cárcel en libertad condicional, por haber participado en el robo de las cajas de seguridad de un banco. Mientras la Condesa tiende sus redes y avanza en su plan para quedarse con Campo Cerezo, Nucha descubre que allí están enterradas las joyas que la policía nunca pudo recuperar.
Haroldo Conti, homo viator
Haroldo Conti se cuenta a sí mismo. A través de sus relatos literarios, con su voz rescatada de archivos, con la recreación ficcional de sus anécdotas y con sus personajes, el film nos habla de un hombre y su obra. Es el propio Haroldo Conti, ese hombre que viaja, un “homo viator” como él se definía a sí mismo en el latín que enseñaba en los colegios, quien nos guía en esta película por todos sus mundos. El de las ideas, el de la creación, el de los afectos. En todos, una constante: el profundo amor por el ser humano y por la vida. Haroldo Conti, Homo Viator supo vivir con intensidad y convicción. Pero, sobre todo, con alegría.