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Hernán comienza un nuevo día, y las cosas no parecen salirle nada bien desde el momento mismo en que abre los ojos. Descubrirá cual es la verdad detrás de esos incidentes en boca de Emiliano, su mejor amigo, quien sabe perfectamente cual es la solución: hay que vengar a El gallego.
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Nicolás vive una vida de lujosa comodidad, trabajando como vicepresidente del laboratorio (¿o teatro?) de su padre, hasta que descubre que el precio de sus lujos lo pagan otros...