Giuseppe Moscati, el santo doctor de Nápoles, fue un médico de inicios del siglo XX, proveniente de una familia aristocrática dedicó su carrera a servir a los pobres. En la película se centran en su lado humano, dejando parcialmente de lado su parte espiritual. Moscati asistía a Misa todos los días, incentivaba a sus pacientes a que recibieran los sacramentos, atendía a los pacientes pobres gratis, y solía enviar pacientes de vuelta a sus casas no solo con la receta para sus remedios sino también con dinero. En épocas catastróficas en Italia, Moscati se mantuvo ayudando en todo lo que su profesión le permitía.