Mirabelle es una dependienta que vende guantes y otros accesorios en una tienda. Se siente poco considerada en su trabajo y con poca fortuna en el terreno amoroso, hasta que un maduro millonario divorciado entra en su vida... (FILMAFFINITY)
El fracasado guionista de Hollywood Steven Schats (Matthew Broderick) vive con la esperanza de que le acepten un guión, pero tiene que conformarse con un trabajo de taquillero en el Teatro Chino. Sin embargo, un día, después de que su guión haya sido rechazado mil veces, encuentra un productor (Baldwin) que se interesa por él. Lo que Steven ignora es que se trata de un agente del FBI y que el rodaje no será más que la tapadera de una misión secreta de la agencia.
Laurel Canyon, una calle que atraviesa el corazón de Hollywood Hills, ha sido desde siempre el hogar de músicos, actores, artistas y otros bohemios. En ella vive Jane (Frances McDormand), una veterana productora de música que intenta conseguir el éxito para una banda británica cuyo cantante Ian (Alessandro Nivola) es su joven amante. Sam (Christian Bale), el hijo de Jane, y su novia Alex (Kate Beckinsale) se acaban de graduar en medicina en Harvard. Ambos, conservadores y serios, se trasladan a Los Ángeles con la intención de completar sus estudios y quedarse a vivir en casa de Jane.
El matrimonio Russell y sus tres hijos han dejado su pequeño pueblo para vivir en las afueras de una gran ciudad. Cuando el abuelo sufre un infarto, los Russell tienen que volver al pueblo a toda velocidad, pero se les plantea un problema: ¿Con quién dejan a los chicos? Para su desgracia, sólo hay una solución: la oveja negra de la familia, el tío Buck. Soltero irresponsable, incapaz de mantener un trabajo y de llevar una vida convencional, está decidido a que la visita a sus sobrinos resulte inolvidable.