José Alberto Sánchez

Marga, en medio de una crisis con su marido, decide pasar unos días en una antigua casa de su pueblo. Allí, empieza a percibir extraños fenómenos que la aterran.

Pakete y Helena son compañeros de colegio y también juegan en el equipo infantil de Soto Alto, en el que atraviesan un momento crucial de la temporada, ya que ha de ganar uno de los tres últimos partidos para no perder la categoría. La historia se oscurece en la celebración del primer partido, cuando el árbitro se queda profundamente dormido durante una jugada decisiva, lo que provoca que los chicos de Soto Alto pierdan el partido. Este fenómeno vuelve a ocurrir en el segundo encuentro, lo que lleva a Francisco y sus amigos a querer investigar qué es lo que está sucediendo, para así resolver el misterio y ganar el tercer y decisivo enfrentamiento.

R2 está atravesando una mala racha: sus últimos fracasos le han valido la bronca del inspector jefe. Se consuela visitando el bar de Didi para animarse escuchando música, sobre todo blues. Además, su jefe está celoso desde que ha descubierto que recibe cartas del Palacio de La Zarzuela. Ayudado por su inseparable y fiel Inspector Cárdenas, R2 trata de resolver todo los casos que se le presentan, recurriendo a métodos más bien heterodoxos, que incluyen el uso de disfraces. Un día, decide resolver un caso muy interesante: el chantaje de que es objeto un rico hombre de negocios a quien amenazan con secuestrar a su joven esposa.

Invierno de 1949. En el pequeño pueblo asturiano de Cerralbos del Sella acaba de morir su vecino más ilustre, el gran escritor Blas Otamendi. Su sobrino Julio, hoy profesor en Francia, acude al entierro. El encuentro con los amigos de su tío, la antigua criada y la casona familiar, despiertan en Julio sus recuerdos de infancia. El tiempo ocultose hace presente y, en insólita evocación, sobrino y tío vuelven a vivir sus respectivos amores de aquel mágico verano de 1925.

Invierno de 1949. En el pequeño pueblo asturiano de Cerralbos del Sella acaba de morir su vecino más ilustre, el gran escritor Blas Otamendi. Su sobrino Julio, hoy profesor en Francia, acude al entierro. El encuentro con los amigos de su tío, la antigua criada y la casona familiar, despiertan en Julio sus recuerdos de infancia. El tiempo ocultose hace presente y, en insólita evocación, sobrino y tío vuelven a vivir sus respectivos amores de aquel mágico verano de 1925.