Conductor
García trabaja de publicitario en una fábrica de cuchillas de afeitar y sale en secreto con Conchita, la hija del director. Un día, aprovechando la vuelta ciclista a España, García pone en práctica un nuevo y arriesgado sistema de hacer publicidad, pero a Raúl, el director, no le ha gustado nada la idea y lo despide. A partir de aquí, García se ganará la vida en los más variados trabajos: barbero, limpiabotas y guía del Museo del Prado. Una situación difícil para que su antiguo jefe acepte la relación que mantiene con su hija.