Gianfranco De Mattheis

Películas

Un viaje con Anita
Boom Operator
Guido Massacesi, un hombre casado y con un hijo de diez años, debe trasladarse al norte de Italia a visitar a su padre, gravemente enfermo. Decide llamar a una antigua amiga para que le acompañe durante el viaje, pero ésta prefiere no ir y que su amiga Anita aproveche la ocasión. Anita es una turista americana que acepta inocentemente viajar con un desconocido, a condición de poder ver la torre de Pisa antes de abandonar Italia.
Nacido gafe
Boom Operator
Secuela de "Desventuras de un funcionario". Fantozzi, un gris contable de una gran empresa, es un hombre bajito y apocado que lleva una boina negra. Tanto sus superiores como sus compañeros lo maltratan y le hacen la vida imposible.
Gracias, abuelita
Boom Operator
Un telegrama acaba de llegar a la casa de los Persichetti. La segunda esposa del abuelo fallecido viaja desde Venezuela a Italia para visitar a su hijastro y sus dos nietos. El más joven de los muchachos va a buscarla al aeropuerto. Espera encontrarse con una abuelita y se queda atónito al verla llegar... (FILMAFFINITY)
The Exorcist: Italian Style
Boom Operator
A satire on the American film "The Exorcist," but with an Italian twist.
Farfallon
Boom Operator
A man who has tried to kill his unfaithful wife goes to prison, escapes, ends up in a convent, teaches the nuns to make cookies, captured again and before going back to prison tries to take his long awaited revenge again. Does he eventually succeed in killing his wife?
El árbitro
Boom Operator
Un árbitro de segunda consigue la oportunidad de su vida cuando le ofrecen arbitrar un partido de primera. Se convierte en una celebridad, y de repente ha de elegir entre su futuro como árbitro y las tentaciones que se le aparecen, en especial las mujeres...
Rugantino
Boom Operator
En tiempos en los que Roma vivía bajo la tiranía de un cruel gobernador, Rugantino cruzó con sus amigos una arriesgada apuesta: sería capaz de seducir a la bella Rosetta, casada con un hombre tan violento como celoso. El primer asalto lo acabó Rugantino con un dedo roto. El siguiente consistió en sustituir al modelo que debía posar junto a Rosetta, ambos desnudos, para un famoso escultor. A los pocos días, los dedos rotos de Rugantino eran ya dos.