Sebastián tiene 24 años, su madre padece cáncer terminal y su relación está en ruinas. Lo único que le queda en la vida son recuerdos de tiempos mejores y fantasear con huir
Sebastián tiene 24 años, su madre padece cáncer terminal y su relación está en ruinas. Lo único que le queda en la vida son recuerdos de tiempos mejores y fantasear con huir