Yessica
Francisca sueña con abandonar la ciudad de Tocopilla. También sueña con ayudar a su hermanito, Diego, un niño catalogado de autista. Cuando Fernando, el nuevo profesor de Diego, ofrece darle clases particulares, Francisca acepta, ilusionada, sin percatarse que acaba de activar, por ese medio, un mecanismo irreversible.