En los mares ecuatoriales africanos se escapa un aventurero sin escrúpulos, junto con su esposa, después de robar perlas y matar a su cómplice. Para perseguirlo no solo está la policía, sino también una verdadera maldición.
Albertini, empresario del queso, tiene un gran miedo a los comunistas. Sospechando que un tímido empleado suyo es el jefe de una célula, lo colma de atenciones e invitándolo a su casa, éste se enamora de su hija.