Natalia
Sonia deambula por la lúgubre mansión en la que vive, obsesionada por desentrañar el oscuro secreto que oculta. Su pasado, sus miedos, el deseo y sus terribles pesadillas han creado allí una telaraña mortal en la que se encuentra atrapada, arrebatándole la poca cordura que le quedaba. Algunas veces, matar el tiempo no es algo tan inofensivo.
Acompañante del representante
Marina es una treintañera que se gana la vida organizando bodas, y no porque sea una romántica empedernida, sino porque como ella misma dice "cuando la gente está enamorada, no mira el dinero". A diferencia de sus clientes, ella disfruta de una vida sin ataduras ni compromisos, hasta que una noche conoce a Carlos, un affaire más para ella y un momento de debilidad para él. Porque él tiene novia: Alexia, una joven perfecta y amiga de infancia de Marina. Cuando Alexia descubre la tarjeta de visita de Marina entre las cosas de Carlos, lo interpreta como una propuesta de matrimonio y dice que sí de inmediato.