Para alejarse de los tensiones de la compañía de publicidad que ambos dirigen, una pareja franco-alemana se marcha con sus hijos a un pueblo costero para disfrutar de unos días de vacaciones. Sin embargo, lo que iba a ser un retiro idílico se convierte en pesadilla cuando un ladrón entra en su casa. Nina, la mujer, es la única testigo de lo sucedido. Aunque al principio la situación provoca que la familia se una, con el paso de los días crece el resquemor entre la pareja, lo que les lleva lentamente a perder la confianza el uno en el otro.