Rafilina
La cinta nos traslada al Nápoles de los años 50, donde un niño vive con intranquilidad el regreso de su padre mientras está rodeado de toda su familia (compuesta, exceptuando un cura, exclusivamente por mujeres, de las cuales también está acompañado en la escuela de monjas) celebrando los tradicionales festejos de la Navidad. Es la mirada de este niño la que Rocca rueda, llenando la pantalla de sus juegos y miedos, a través de su mirada y su imaginación, de sus complicidades y amistades, su ingenio e ingenua sabiduría, su inocencia y picardía.