Camilo
Socorro de alma caritativa hace todo en nombre de Dios, es obediente al mandato que rige su vida, pues no quiere perder su lugar en el cielo y cualquier camino que la conduzca a ello, no requiere mayor explicación. Alimenta niños hambrientos, reza por las noches, y se confiesa a menudo. Su obsesión por hacer el bien ante los ojos de su Dios, se ve manchada cuando se da cuenta que su mayor anhelo no justifica sus misteriosas e inmorales acciones.