Mary Poppins es la niñera casi perfecta, con unas extraordinarias habilidades mágicas para convertir una tarea rutinaria en una aventura inolvidable y fantástica. Esta nueva secuela, vuelve para ayudar a la siguiente generación de la familia Banks a encontrar la alegría y la magia que faltan en sus vidas después de una trágica pérdida personal. La niñera viene acompañada de su amigo Jack, un optimista farolero que ayuda a llevar la luz -y la vida- a las calles de Londres.
El antiguo sheriff asesina por accidente a un hombre mientras intentaba dar caza al asesino de su familia. Austin promete entregar el cuerpo a la hermana del fallecido y confesar que fue el culpable.
En un intento por encajar en la nueva ciudad, Jack Tyler (Sean Faris) acepta la invitación de su compañera Baja (Amber Heard) para acudir a una fiesta, en la que acaba inmerso en una dura pelea. Después de ser vencido y humillado por Ryan McDonald (Cam Gigandet), un compañero le habla de un deporte conocido como Mixed Martial Arts (MMA) y le presenta a su mentor, Jean Roque (Djimon Hounsou) que lo acoge bajo su tutela. Con Jean aprenderá a ser disciplinado y paciente, claves que quizá le servirán para llegar a lo más alto y definirse a sí mismo.
Andy Stitzer, de 40 años, ha hecho pocas cosas en su vida. Tiene un trabajo mediocre sellando facturas en una tienda de electrodomésticos, un lindo apartamento con una colección de cómics, buenos amigos... Pero hay una cosa que aun no ha conseguido, y que la mayoría a su edad sí. Andy nunca ha tenido relaciones sexuales.
Dickie Roberts es un hombre de 35 años que, cuando era niño, era una gran estrella de la televisión, protagonista de un show que veían 50 millones de norteamericanos. Ahora Dickie trabaja como limpiacoches, y está desesperado por conseguir una audición para un gran papel que podría revitalizar su carrera. El problema es que el papel consiste en interpretar a un tipo "normal", y Dickie es cualquier cosa menos normal...