Richard Lopez

Después de mucho tiempo, Alexandra se reencuentra con su padre Álex, un hombre de negocios hispano-magrebí, y lo acompaña en un viaje de negocios a Jaisalmer, en la India, donde un desafortunado acontecimiento amenaza con separarlos para siempre.

Después de mucho tiempo, Alexandra se reencuentra con su padre Álex, un hombre de negocios hispano-magrebí, y lo acompaña en un viaje de negocios a Jaisalmer, en la India, donde un desafortunado acontecimiento amenaza con separarlos para siempre.

Un bartender del Lower East Side se enreda en un misterio de asesinato que involucra a una mujer desesperada, un traficante de drogas desaparecido y el vástago de una poderosa firma de inversión.

A department store gift wrapper is a lonely spectator at the centre of the festive season until a stage magician makes a surprising request.

During a 48hr observation at a psych facility, Jack meets Wendy, a young woman with a unique obsession.

Desde la última que vez que le vimos Frank, siguió su sueño y abrió un centro donde es mentor de boxeadores jóvenes, no sólo en el ring, sino también en la vida. Pero una amenaza hacia uno de sus protegidos le hará volver a las calles.

El principio de I Sell the Dead es una auténtica declaración de intenciones: hordas de gente en la plaza de un pueblo del siglo XIX gritan encendidas ante una guillotina a punto de cortar en dos al mismísimo Larry Fessenden. El filo cae y el busto del director de Wendigo rueda. La pantalla se tiñe de rojo. Fessenden y Dominic Monaghan (el Charlie de Perdidos) interpretan a dos ladrones condenados a muerte. El segundo optará por confesar sus interminables fechorías a un cura con el rostro de Ron Perlman, que aquí abandona el rojo demoníaco de Hellboy para sumirse en el rojo de la sangre.

Frankie dances topless in a sleazy little strip joint and drinks; it's the only way to get through the night. But then a mysterious man comes into the club, a piercing siren screams, and Frankie's world crumbles. In the morning, she isn't Frankie anymore. She doesn't remember who she is. She knows for certain only one solid truth: that she is a man. As for her boyfriend Terry, he cannot understand what his beautiful girl is trying to tell him. Frankie and Terry journey together through their private hell and transcend to the other side.