Alejandro Ramírez

Lina está a punto de casarse con un hombre que no está segura si ama, en ese momento, recuerda las palabras de su abuela, y se dirige en busca de respuestas a una casa que sólo abre sus puertas con la pregunta correcta.

Nadie pudo imaginar que un día La Chingada Vieja se enamoraría. Porque siempre había estado sola, porque nadie la miraba cuando caminaba, porque le cerraban la puerta en las narices, porque la sentían venir y se persignaban, pero sobre todo, porque de la muerte nadie se enamora. Pero El Hombre sin Nombre ha aparecido en su vida y no se piensa ir. Solo la confusión de un pueblo justiciero y el deseo de cuatro hombres por llegar al cielo podrán cambiar los planes de estos dos seres en los que han resurgido los más puros sentimientos de los que aun están vivos.

Nadie pudo imaginar que un día La Chingada Vieja se enamoraría. Porque siempre había estado sola, porque nadie la miraba cuando caminaba, porque le cerraban la puerta en las narices, porque la sentían venir y se persignaban, pero sobre todo, porque de la muerte nadie se enamora. Pero El Hombre sin Nombre ha aparecido en su vida y no se piensa ir. Solo la confusión de un pueblo justiciero y el deseo de cuatro hombres por llegar al cielo podrán cambiar los planes de estos dos seres en los que han resurgido los más puros sentimientos de los que aun están vivos.

Después de una intensa noche de drogas y sexo, Lucía, cansada de las mentiras de Mathías, decide terminar con él definitivamente. La vida de excesos hará que llegue tarde al llamado de un comercial, donde trabaja, y será despedida. Carmen es una artista conceptual que retrasa el término de su obra pasando día y noche drogándose. Hanna se encuentra en plena crisis matrimonial. Mientras espera convencerse de que el divorcio es realmente lo que quiere, se va a vivir con Lucía y Carmen.