A pair of scientists investigate a mysterious death.
Alice Bradley
This 1940s drama presents a story of class conflict and its influence on romance. Robert Bradley leaves the shipyards to work in his uncle's furniture business but soon finds himself at odds with the old man. So he becomes a servant for the destructive Thormans, and falls for the lady of the house, Sarah. But in 1913 this upstairs/downstairs romance can only lead to disaster.
Mrs Cook
During World War II, an American serviceman in London decides to impress his English girlfriend by acting as an American gangster, which soon turns deadly.
Mrs. Sugden
Inglaterra, 1967. Kenneth Hallywell (Alfred Molina), un hombre desequilibrado, mató a martillazos a su amante, el famoso dramaturgo Joe Orton (Gary Oldman), mientras dormía. Después se suicidó tomando una sobredosis de barbitúricos. Ambos tenían en común una infancia solitaria desprovista de amor y una ardiente ambición por conquistar el mundo. Ken enseñó a Joe todo lo que sabía de literatura y de arte, y Joe inició a Ken en la promiscuidad sexual (principalmente en los urinarios públicos). Pero, en aquella época, la homosexualidad era ilegal en Inglaterra, y los dos fueron a parar a la cárcel. La prisión supuso una liberación para Joe, que por primera vez terminó una obra que le proporcionó fama y éxito; pero para Ken fue el principio de una pesadilla que terminó la noche fatal en que murieron. Lo habían compartido todo menos la fama.
Joan Todd (Mrs) Secretary
Helene Hanff (Anne Bancroft), escritora norteamericana con residencia en Nueva York, es una apasionada de la literatura, especialmente de la británica. El problema es que en su ciudad no hay tiendas dedicadas a la venta de ese tipo de libros. Un día contacta con una librería londinense especializada en libros usados, en el número 84 de Charing Cross. En este establecimiento, su propietario, Frank Doel (Anthony Hopkins), se ofrece a mandar libros a todas partes del mundo, al gusto del consumidor. Helene, maravillada, empieza a intercambiar cartas y libros con Frank. Con el tiempo, la amistad entre el librero y la escritora se vuelve tan fuerte que es capaz de acortar la distancia que les separa, aunque solo sea entre párrafos, comas y puntos. Durante veinte largos años, a pesar de no haberse visto nunca, los amigos no dejan de escribirse.