Una guardia svizzera
Amedeo (Enzo Jannacci) es un hombre vulgar y sencillo que llega a Roma desde el norte de Italia con el propósito de tener una audiencia privada con el Papa. Lo que pretende es discutir con él sobre asuntos de carácter filosófico y teológico que le preocupan. Sin embargo, sólo encuentra trabas que le impiden conseguir su objetivo. Llega incluso a ser vigilado por un policía que, compadeciéndose de él, le presenta a Aiche (Claudia Cardinale), una escultural mujer que tiene oscuras relaciones con personajes de la jerarquía eclesiástica.
Realizada por encargo de un mecenas, esta película constituyó un manifiesto fundacional del Grupo Dziga Vertov. Las estructuras, los clichés y los estereotipos del western tradicional, sirven de coartada para una reflexión sobre la lucha de clases y la des mitificacion del cine burgués
Capitano
Cuando Glauco regresa del trabajo, encuentra a su mujer enferma. Mientras se prepara la cena, descubre un revólver que pudo haber pertenecido al famoso delincuente Dillinger. Fantasía y realidad se confundirán entonces dramáticamente...