Peter Bretter (Jason Segel) es un compositor que está hecho polvo desde que Sarah Marshall (Kristen Bell), su novia durante cinco años, le abadona. Su medio hermano Brian (Bill Hader) le sugiere que se vaya de viaje a Hawai para levantar el ánimo. A Peter le gusta la idea y viaja a un centro turístico en la isla de Oahu. Tan pronto como termina de registrarse en el hotel, ve a Sarah con su nuevo novio, el rockero británico Aldous Snow (Russell Brand). Peter vuelve a hundirse en la miseria, y sólo consigue levantar cabeza gracias a Rachel (Mila Kunis), una empleada del hotel.
Abandonada por su novia, rechazada por la única universidad en la que solicitó el ingreso y vistiendo sujetadores de talla A en un mundo de tallas C, Anna lamenta su suerte. Saliendo del trabajo conoce a Sadie, la atractiva líder de un grupo radical punk-feminista llamado Clits In Action. Anna se integra en ese círculo secreto, cuyo objetivo es erradicar las imágenes falocéntricas y misóginas, y se lanza a una primera misión radical. (FILMAFFINITY)
Matt, el hermano pequeño de Stifler, es condenado a pasar un verano en el inmundo campamento de la banda de música, donde hace de las suyas con cámaras ocultas y ardientes tutores. Pero, cuando se queda prendado de su compañera de banda, Elyse, su empeño por maquillar sus rudos modales tiene resultados imprevistos. El padre de Jim vuelve como estrafalario tutor para intentar devolver al redil al descarriado hermano menor de Stifler.
A sus 21 años, Violet Sanford llega a Nueva York con la esperanza de convertirse en letrista. Pero sus sueños de dedicarse al mundo de la música quedan aparcados momentáneamente por el éxito que alcanza trabajando como camarera en el bar Coyote. El bar Coyote es un nuevo club nocturno y el punto más caliente de la ciudad. Cuenta con un ambicioso plantel de chicas, todas jóvenes y muy atractivas. Lil es el cerebro y la estricta propietaria del local, que reina con autoridad sobre sus chicas. Entre ellas están la coqueta Cammie, la cabezota y variable Rachel y Zoe, la que más propinas consigue. Las "chicas Coyote", como las llaman cariñosamente, provocan a los clientes y a los medios de comunicación con sus atrevidos atuendos, y convierten el bar Coyote en el punto de atracción de los chicos que merodean por la zona.