John Farr

Detroit, 1974. Chris Mankowski es un detective que quiere abandonar la unidad de artificieros, pero antes tiene que enfrentarse a una banda de radicales que fueron detenidos en los años sesenta por volar una propiedad federal como protesta contra la guerra de Vietnam. Robin Abbott, que formó parte de la banda, sospecha que dos miembros del movimiento los traicionaron a ella y a su compañero Skip Gibbs, que ahora es especialista de cine y experto en explosivos. Robin propone a Skip asustar con unas cuantas bombas a Woody Ricks, uno de los delatores, para que reparta con ellos los cien millones de dólares que vale un terreno que acaba de heredar.

Tres locos por el snowboard van en el telesilla de una estación de esquí ambicionando la última bajada por la ladera antes de marchar a casa. De pronto, el telesilla se detiene por completo. Ni un alma alrededor. Todo empeora cuando las luces de la estación se apagan para no encenderse de nuevo hasta el próximo fin de semana. Entonces tendrán que hacer cosas impensables para poder sobrevivir a una muerte segura por congelación. Pero además, pronto se darán cuenta de que el frío no es su peor enemigo.

Tras secuestrar a una madre de alquiler, dos fríos profesionales del crimen se ven envueltos en una espiral creciente de confusión y violencia.

Es el año 2257 y la estación espacial Babylon 5 ha entrado en servicio. Situada en un sector neutral del espacio a unos 26 años luz de la Tierra, es un puerto franco para comerciantes, viajeros, aventureros de un centenar de mundos y un lugar donde los diplomáticos de diferentes razas pueden reunirse a resolver sus diferencias, evitar las desastrosas guerras estelares y luchar por una galaxia en la que especies de mundos diferentes puedan vivir. Es una misión difícil y la última esperanza de paz. Y ahora Babylon 5 está en peligro por la llegada de un hombre en una misión de destrucción.