El hombre
Un misterioso lugar, más antiguo que el propio tiempo, aparece cada ciertos años en distintos lugares del mundo. Este lugar selecciona un grupo de individuos de múltiples nacionalidades que necesitan cambiar sus vidas y encontrar su camino. Lucía una creyente en el amor de las películas románticas y Marco, un madrileño incapaz de comprometerse, descubrirán juntos el verdadero significado del amor.
Esta película no tiene argumento. Es más bien un aguafuerte o, quizá, uno de aquellos retratos al minuto que hacían los pintores sin talento en las calles de Madrid en torno a 1950. La capital era entonces más que nunca el rompeolas de España. Un rompeolas gris, de cartillas de racionamiento, tierno y cruel a la vez, pobre hasta en sus alegrías, convaleciente (siempre con décimas al atardecer), pero también pícaro, festivo y surrealista. Un tiovivo, en fin, de supervivientes de los que, nos guste o no, somos herederos.