Debido a los bajos índices de audiencia del canal de televisión True TV, a la directora de programación se le ocurre la idea de seguir con una cámara a un ciudadano cualquiera las veinticuatro horas del día. El elegido es un joven sin futuro llamado Ed que vive con su familia en un barrio pobre de San Francisco. El éxito del programa es inmediato pero, con el paso del tiempo, el precio que Ed deberá pagar por la fama será demasiado alto.
Curly es una pequeña huérfana a la que Bill Dancer ha criado e intentado educar. Pese a lo mucho que la quiere, Bill espera encontrar para ella un buen hogar, con padres adoptivos de los que recibirá el cuidado y la educación que él es incapaz de proporcionarle. Sin embago, para Curly, Bill es toda la familia que ha conocido desde pequeña, y piensa que no necesita a nadie más. Con él vive moviéndose constantemente de un lado para otro, y esta vida errante que llevan le parece extraordinaria, aunque a veces, para sobrevirir, tengan que realizar alguna que otra pequeña estafa. La víctima de la última, en Chicago, es la joven fiscal Grey Allison, quien les invita a su casa como huéspedes temporales. Con el paso de los días, y una vez superadas ciertas dificultades, el improbable trio empieza a perfilarse como una futura perfecta familia.
Una pareja de enamorados ve truncada su felicidad cuando él es asesinado por un ladrón. La necesidad de salvar la vida a la chica hace que él permanezca en la Tierra en forma de fantasma, e intente advertirla del peligro que corre. Su único medio de comunicación es una alocada vidente.
Después de una estancia de seis meses en la cárcel, Robine decide escapar con el fin de encontrar un marido adecuado. Su peculiar forma de ser, desenfadada y provocativa, asombra a todos aquellos hombres que se cruzan en su vida.