Tras pasar unas merecidas vacaciones en Francia, el agente secreto James Bond recibe una llamada del Jefe M para realizar una peligrosa misión relacionada con unos diamantes en bruto desaparecidos.
Enrique VIII de Inglaterra (1509-1547), casado con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, se encapricha de Ana Bolena, una dama de la Corte, y decide casarse con ella. Pero, como el Papa no accede a concederle el divorcio, rompe con la Iglesia de Roma y crea la Iglesia Anglicana (Acta de Supremacía de 1534), convirtiéndose así en la suprema autoridad eclesiástica de Inglaterra. Años después, el rey acusa a Ana de alta traición y ordena que sea ejecutada.
Tras la marcha temporal de Connery, el actor australiano George Lazenby toma el relevo en esta nueva aventura del agente británico 007, que en esta ocasión se asocia a un mafioso -con cuya sensual hija Tracy Di Vicenzo (Diana Rigg) se llega a casar-, para unir sus fuerzas en la lucha contra la malvada organización Spectra. Ambientada en los alpes suizos, el malvado Stavro Blofeld -Savalas- amenaza al mundo entero con un malvado plan: desarrollar y lanzar una peligrosa bacteria que podría acabar con millones de personal en todo el planeta. La ausencia del actor escocés y el poco carisma de Lazenby hicieron de esta entrega uno de sus mayores fracasos comerciales, pero en años posteriores no han faltado los defensores que la reivindican como una de las más interesantes de toda la saga.
En plena Segunda Guera Mundial, John Smith es el jefe de un grupo de élite, cuya misión es infiltrarse en las líneas enemigas alemanas para rescatar a un general americano, prisionero de los nazis, para evitar que hable del plan de invasión de Normandía.