En el año 2017, el mundo se ha colapsado por culpa de una grave crisis económica. La primera potencia del planeta, los Estados Unidos de América, se hallan inmersos en el caos y el desconcierto. Para salir del atolladero, el gobierno inventa un videojuego que se emite por televisión y que logra altas cotas de audiencia. Consiste en soltar a varios convictos para que corran hacia la libertad mientras son perseguidos por auténticas máquinas de matar. Entre los participantes se encuentra Ben Richards (Arnold Schwarzenneger), dispuesto a aprovechar la oportunidad que le han ofrecido.
Dos amigos de Nueva York en paro aceptan un trabajo, en el que se disfrazan de pájaros gigantes en un banco. Unos atracadores entran en el banco utilizando el mismo disfraz, y los testigos confundirán a los inocentes amigos con los delincuentes, acabando en prisión.
Nueva York, 1963. En la radio suenan The Four Seasons, Smoke Robinson, The Shirelles y Ben E. King. Las cosas no son fáciles en el Bronx. Los chicos forman bandas callejeras, como la de los Wanderers, integrada por los chicos de origen italiano. Las diferencias con las bandas rivales, a veces de otras razas, son irreconciliables. Y la violencia es el camino más directo para resolverlas.