Después de su épico reencuentro en la base militar secreta llamada “la Fortaleza”, el agente retirado de la CIA, Robert Carter Michaels (Bruce Willis), y su hijo Paul (Jesse Metcalfe) se recluyen en un hostal de los montes Apalaches. Sin embargo, un día la esposa de Paul no regresa tras hacer un recado y, después de una búsqueda frenética, los peores miedos de Robert y Paul se hacen realidad: Melissa ha sido secuestrada y para su rescate se pide acceso a una cuenta que tiene 600 millones de dólares. Robert y Paul se embarcan en una travesía letal a través de las escabrosas montañas con la esperanza de encontrar a Melissa antes de que se acabe el tiempo.
Jacob (Frank Grillo), un gerente de banco atormentado por un violento atraco que se cobró la vida de un compañero de trabajo, se une a su vecino ex policía, James (Bruce Willis), para derrotar al asesino. Ambos trabajan unidos para descubrir el próximo movimiento de este asesino, pero Gabriel (Johnathon Schaech), un criminal altamente entrenado, siempre va un paso adelante. Cuando Gabriel secuestra a la esposa de Jacob (Olivia Culpo) y su hija, Jacob iniciará un camino de derramamiento de sangre que concluirá en una tremenda locura.
Cuando Riley llega a la universidad, decide unirse a una hermandad de mujeres sin saber que es la misma a la que pertenecio su madre. Su padre Jonathan, es un detective de homicidios que ha visto demasiado para sentirse comodo dejando a su hija fuera de su control.Pronto empiezan a aparecer chicas de la universidad asesinadas y Riley intenta establecer una conexion con los asesinatos pero su padre esta convencido de que existe una conexion entre estos crimenes y el pasado universitario de la madre de Riley
En un mundo en el que un misterioso virus ha diezmado la población y ha convertido a miles en zombies, el gobierno desarrolla un videojuego llamado Dead Trigger que refleja los terroríficos eventos del mundo. Los jugadores que matan más zombies en el juego serán reclutados para combatir a los muertos vivientes en la vida real.
Preserving the text of the play, the amazing dialogues, the brilliant characters, we have transposed the action into today’s Russian provinces and changed only one thing: the age of the heroes. In Anton Chekhov’s play the heroines are aged around 25; now they are 55. What does that do? The heroes’ retorts, stylistically inappropriate from today’s twenty-year-olds, are absolutely organic for the older generation, the ‘Soviet’ intelligentsia. The problems of Chekhov’s classical work concerning the search for a meaning in life, the loss of ideals, the fear before death without having achieved anything in the world, the desire to be useful to others – all these things are also a typical attribute of the Soviet intelligentsia.